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¿Se puede prevenir el cáncer de cuello uterino?

El cáncer de cuello uterino impacta en toda la sociedad. Es una enfermedad 100% prevenible, siendo el único cáncer con esta carácterística.

Para saber cómo prevenir es necesario contar con información, por este motivo a continuación se presentan los tipos de prevención que existen. Hay dos formas de prevención complementarias, la prevención primaria y la secundaria.
Prevención primaria
Evitando la infección por HPV

Uso de preservativos en todas las relaciones sexuales y administración de las vacunas contra la infección por HPV.

Evitar fumar.

 

Más información
Prevención secundaria
Realizando la detección y el tratamiento a tiempo de las lesiones precancerosas.

Estas lesiones no tienen síntomas visibles por eso para detectarlas se requiere el tamizaje mediante la aplicación periódica de un test. El test de tamizaje disponible actualmente en nuestro país es el PAP, próximamente se dispondrá también del test del HPV.

Estudios de tamizaje

Papanicolau, PAP o citología

Los estudios ginecológicos están indicados para todas las mujeres a partir de 21 años. El PAP es el más conocido y accesible en Uruguay y se ofrece de forma gratuita por los prestadores integrales de salud. Sirve para detectar si existen cambios en las células del cuello del útero ocasionadas por el HPV y conocer si estos son normales o anormales. La muestra es tomada por un profesional de la salud utilizando una espátula o un cepillo. Luego se envía a un laboratorio para ser procesada, sus resultados no son inmediatos.

La Ley 17.242 aprobada el 13 de junio de 2000 tiene como fin contribuir a la prevención y establece que “las mujeres trabajadoras de la actividad privada y las funcionarias públicas tendrán derecho a un día al año de licencia especial con goce de sueldo a efectos de facilitar su concurrencia a realizarse exámenes de Papanicolau y/o radiografía mamaria, hecho que deberán acreditar en forma fehaciente”.

Si los resultados del PAP son normales, el profesional de salud recomendará repetir el examen de detección en un año la primera vez y luego cada 3 años de acuerdo a las guías asistenciales del Ministerio de Salud Publica de Uruguay.

Si los resultados del PAP son anormales, puede deberse a cambios en las células del cuello uterino ocasionados por el virus del HPV. Estas pueden causar lesiones de bajo riesgo, lesiones precancerosas o cáncer. El profesional de salud indicará un diagnóstico mediante colposcopia y eventual biopsia. Luego del resultado se aplicarán los tratamientos adecuados según el caso.

La consulta periódica al médico es fundamental para controlar la salud de la mujer así colaborar con la prevención del cáncer de cuello de útero.

Colposcopia: es un examen ginecológico visual del cuello del útero durante utilizando un instrumento llamado colposcopio. Es una prueba diagnóstica que sirve para identificar cualquier área del cuello del útero que aparezca anormal y de este modo dirigir la realización de una biopsia. Las lesiones de alto grado son pre-cáncer moderado o severo y deben ser tratadas. La colposcopia no causa más molestias que cualquier otro examen que se realiza con un espéculo. Tampoco genera efectos secundarios.

Biopsia: es un procedimiento mediante el que se extrae un pequeño fragmento de tejido del área de apariencia anormal, para relizar un examen mediante un microscopio. Se realiza para diagnosticar las lesiones del cuello del útero. Una biopsia es la única manera de determinar si un área de apariencia anormal es un cáncer. La biopsia puede causar molestias, calambres e incluso dolor transitorio. Sus resultados muestran los grados de anormalidad. Si se encuentra una lesión pre cancerosa en una biopsia, la paciente será referida para tratamiento.

Test de HPV

Sirve para detectar infecciones causadas por los tipos de HPV que pueden provocar cáncer. También permite identificar la probabilidad de contraer cáncer cervicouterino que tiene una mujer. Esta prueba se basa en la detección por biología molecular de HPV y de los tipos de bajo y de alto riesgo en muestras vaginales, y/o cervicales.

La efectividad de este test ha sido probada y se ha aplicado en forma exitosa en programas organizados de prevención del cáncer de cuello uterino.

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